Gonzalo Osorio, deja su alma en la cocina
La cocina es un
sitio de creación, una especie de laboratorio en el que nuestro personaje
valioso de hoy prepara deliciosos platillos para sus comensales.
Su nombre es Gonzalo
Osorio y con tan solo con 29 años de edad ha recorrido el mundo estudiando este
arte en el que la comida es protagonista.
Gracias a su empeño, este talentoso joven,
logró traspasar fronteras y dejar en alto el nombre de Venezuela, su país natal.
“Los sueños se hacen
realidad con esfuerzo, constancia y dedicación, he emigrado a otros países
para conocer sus culturas y en especial estudiar lo que me apasiona. Soy venezolano y ecuatoriano, tengo doble
nacionalidad lo que sin duda es un orgullo muy grande para mí y también una
ventaja”.
Nació en Caracas el
25 de Octubre de 1988, una ciudad a la
que asegura extrañar debido a la calidez y sencillez de su gente.
Afirmó que aunque
hoy en día reside en Ecuador siempre se encuentra al tanto de lo que ocurre en
su país, porque su padre vive en tierra venezolana y ocasionalmente lo visita.
Relató que la pasión
y el por los fogones viene de la época
en que compartía con su abuela en nuestro país. "Yo la vía cocinar
pabellón, arepas y todas esas delicias, pues ella era cocinera. Para mí sería
un gran reto volver a mi tierra, claro cuando la situación allá
mejore".
Detalló que desde
pequeño quiso estudiar algo relacionado con el arte y a mediados de los 14 años
pudo visualizarse en el mundo de la gastronomía gracias a su participación como
cocinero en una escuela de Scouts.
Posteriormente
estudió en una escuela de Ecuador llamada Chef Center, donde se especializó en
la alta cocina, luego viajó a Argentina para continuar su carrera profesional,
“en dicho país logré otro título, el cual me ayudó a crecer como persona”.
Destacó que durante
su aprendizaje pasó por varias pruebas duras en diferentes restaurantes de Latinoamérica
y Europa; sin embargo, logró posicionarse como uno de los mejores, ya que
cocinar con el alma es su pasión.
“Trabajé en La Cabrera y Olsen en Buenos Aires,
Osadía y Boragó en Santiago de Chile, Ni Neu en San Sebastian (España). También
tuve la oportunidad de cocinar para Ferrán Adriá, uno de los mejores cocineros
del mundo”.
Recalcó que, debido a su experiencia, ha logrado
entender que el ser humano debe estudiar, y que en su caso ha hecho que la
gastronomía pase de algo sin sentido a un arte, una ciencia.
Ishpingo es el nombre de su negocio de comida
Después de pasar por varias etapas decidió
emprender su propio negocio para mostrar sus "obras de arte" a través
de la cocina, es por ello que en el 2017 logra cristalizar una de sus metas con
Ishpingo, restaurante donde vende comida ecuatoriana.
"En mi negocio cocinamos con el alma,
atendemos a unas 50 personas diariamente, le ofrecemos variedad en comida
típica (...) desayunos, almuerzos y menús degustación, además de otros platos
particulares para dar a conocer la cultura ecuatoriana, tal
como: "Tripa Mishki, 2980 Metros de Altura, Carne Colorada, Ceviches
de Mariscos Exóticos entre otros".
Manifestó que su especialidad es hacer el Tripa
Mishki, un plato nacional que se consume tradicionalmente en la ciudad de
Quito.
"Es tripa de vaca cocinada sobre carbones y condimentada, suelo acompañarla con papas".
"Es tripa de vaca cocinada sobre carbones y condimentada, suelo acompañarla con papas".
Por otro lado está el "2980 Metros de
Altura", un platillo diferente, pues algunos ingredientes se recolectaron
en el parque Metropolitano, un paraíso turístico de la ciudad de Quito.
"Está conformado con un poco de tierra de cacao, helado de eucalipto,
flores y memorias del bosque".
Indicó que detrás de cada menú hay algo que
decir, una historia, “me gusta cuando las personas prueban la textura de mi
comida y queden satisfechas, esa es la idea principal".
Consideró que la clave del éxito es hacer las
cosas bien, además trabajar con un buen equipo, "estoy rodeado de un grupo
de compañeros, todos profesionales, quienes me han guiado y me han ayudado a
innovar, crecer; además de mi mamá y hermana, quienes siempre están apoyando
mis ideas”.
Señaló que el nombre "Ishpingo" parte
de un árbol y se usa en la cocina en Ecuador, "es como una canela
amazónica, perfumada y amarga como la misma canela, posee forma de sombrerito o
flor seco, es de color marrón y el sabor que deja en la comida es fenomenal. La
historia dice que, en la conquista, Atahualpa dio a conocer a los españoles el
Ishphingo, que venía del Oriente”.
En otro orden,
sostiene que no le gusta que le digan chef, sino cocinero, por qué en Ecuador
todos se hacen llamar chef. “Yo cocino más allá de que tenga un restaurante y
que sea el jefe de unos chicos".
Al preguntarle que le recomienda a aquellos
jóvenes que desean cocinar incursionar en este mundo mencionó que deben
estudiar y trabajar mucho y porque un
cocinero se hace en la cocina más allá de una universidad.

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